Entradas

Mostrando entradas de 2017

Desaprender

Creí, inocentemente, que aún quedaba algo bueno de mi. Algo por salvar. Algo que por fin me permitiera ser distinta a esa persona que, sin querer, fui muchos años. Esa persona que lastimó a mucha gente. Esa persona que me hizo creer que no valía nada. Esa persona que me llenó de bronca, de mal humor, de impotencia. Esa persona que alejó a quienes me querían mucho. Esa persona que, vuelvo a repetir, fui muchos años. Entonces, un día, me permití creer que todo había empezado a cambiar. Creí que ya no iba a tener tan baja autoestima. Creí que ya nadie iba a reconocer que tenía el alma rota. Creí que ya, después de tanto sufrir, no iba a tener el alma rota. Creí que al mirarme al espejo podría dejar de odiarme tanto. Creí que no iba a costarme nada demostrar mis sentimientos. Creí que nunca más iba a lastimarme. Creí que jamás iba a lastimar a quiénes estaban dispuestos a dar todo por mi. Creí que finalmente estaba dispuesta ser feliz. Creí que finalmente estaba dispuesta a ser. Pero despu

¿Vos qué harías?

Ella volvió. Volvió rota. Volvió buscando esos ojos que la veían hermosa, aún cuando lejos estaba de serlo. Y no, no hablo de maquillaje corrido o del pelo despeinado. Hablo de cuando la invadían todos sus fantasmas. Hablo de cuando era tanto de todo que no podía más. De eso hablo, de cuando se creía todo lo malo que se repetía a si misma cada vez que intentaba algo en la vida o simplemente se miraba en el espejo. Volvió buscando ayuda. Volvió buscando una mirada comprensiva para poder aprender y sanar del dolor. Pero cuando volvió y lo vio, cuando vio fijamente su mirada, tuvo un mal presentimiento. Él ya no la miraba como antes y estaba en todo su derecho de hacerlo. Había sufrido mucho. Tal vez más que ella. -Si tuvieras que decidir entre aprender del dolor y sanar o convertirte en quién más te lastimó: ¿vos qué harías? -Sinceramente no lo sé. No sé qué haría.. -Sí que lo sabes.. Ella quedó muda. -Te convertirías en quien más te lastimó- le dijo -De hecho, lo hiciste. Antes de

Tiempo al tiempo

"El tiempo es el encargado de curar las heridas", dicen. Pobre el tiempo. Lo ponemos en esa situación, en ese compromiso. Le damos un poder sanador, un poder casi mágico. De alguna manera le decimos: o me salvas vos o no me salva nadie. Así, nos sentamos cómodos, nos quedamos ahí, esperando, dándole tiempo al tiempo para volver a construirnos. Pero los días pasan. Pero las semanas pasan. Pero los meses pasan. Hasta a veces, pasan hasta los años. Y con mucho terror vemos que las heridas siguen ahí. Siguen latiendo. Siguen doliendo como el primer día. Nos rompemos la cabeza intentando saber por qué el tiempo no fue capaz de curarlas. Es simple: el tiempo no cura las heridas. El tiempo lo único que hace es pasar. Y mientras esperamos que nos sane, también se nos pasa la vida. Por eso, es necesario que entendamos que no es posible delegar tanto dolor. Tus propias heridas te las curás vos. ¿Por qué? Porque nadie más que vos sabe cuánto perdiste por una frase hecha que lo único qu

No te dejes para después

Si me tuviera en frente hace un año atrás les juro que me diría muchas cosas. Me diría que quiera y que me deje querer. Así, libre, sin miedo a que me lastimen. Me diría que, si no lo hago, con el tiempo me voy a dar cuenta que yo misma me lastimé. Y me diría (cuando me de cuenta de eso) que por favor no me quiera romper la cabeza contra la pared. Me diría que soy humana, que uno se equivoca y aprende del error. Me diría que no haga lo que no me gustaría que me hagan. Me diría que me mire en el espejo todos los días y me recuerde lo hermosa y buena persona que soy. Para que no me olvide que soy buena piba. Para que no desaparezca mi amor propio. Me diría que pida perdón. Me diría que me perdone. Me diría que le pida perdón, por esto y por todo. Me diría que crea en las segundas oportunidades. Me diría que no las desperdicie. Me diría que si las desperdicio me la banque. Que no llore. Que no me parta el alma esa situación. Me diría que tal vez, después de todo ese dolor, aprenda que la

No era para tanto

Tuve (en realidad tengo) la suerte de ser buena piba. Pero a veces, aunque uno no quiera, aunque uno no se de cuenta, se traiciona a sí mismo. Se toma alusión de un personaje que lejos está de ser quién es. Se traiciona, se pierde, se convierte en lo que es hoy. Toma decisiones que en su momento cree buenas y luego de un tiempo reconoce que estuvieron muy equivocadas. Entonces, a conciencia, intenta de alguna forma perdonarse y volver a ser lo que era antes. Pero mientras, en todo ese tiempo que le cuesta hacer el click, lo que pasa es justamente eso: el tiempo. Ese que lejos está de esperar. Uno, mientras se angustia, cae en la cuenta de que nada es como antes y ya nunca volverá a serlo. Recuerda los momentos en los que la pasó mal y se da cuenta que no la estaba pasando tan mal como pensaba. Es más, reconoce que la mayoría de las cosas por las que se enculó no tenían nada de importancia. Y después de todo eso uno se queda ahí, pensando. Se queda pensando en quienes quiso y ahora no

Otra chance

Hacía mucho que no escribía. Hacía mucho que no me sentía tan rota. Y es que a veces uno se siente así. Roto, frustrado, sin ganas de nada. Por eso no escribía, porque cuando uno está roto y escribe nunca llega  a nada bueno. No es lo mismo que escribir triste. No es lo mismo que escribir decepcionado. No es lo mismo. ¿Por qué? Porque cuando estás roto no sos vos y lejos estás de serlo. Cuando estás roto sos fragmentos (buenos y malos) de lo que un día llegaste a ser. Por eso no escribía. Porque no era yo. Porque estaba rota. Porque uno estando roto siempre mira el vaso medio vacio y no el medio lleno. Porque cuando estás roto no te das cuenta que el vaso es el mismo y que el distinto sos vos. Por eso no escribía. Hoy parecía ser el peor de todos esos días que venía acumulando cosas. Me enteré de algo que terminó de partirme y de partir el poco amor propio que me quedaba, y a la tarde, cuando llegué a casa, sentí que ya no podía más. Sin embargo, no abandoné. Seguí haciendo las co

Para ustedes

Una vez a alguien le tocó la mejor versión de mi y no se dio cuenta. No importa quién, no importa cuando. Solo me voy a limitar a decir una cosa: le tocó mi mejor versión y la consumió toda. Me arruinó. Me volvió más desconfiada. Me volvió menos demostrativa. Me volvió más insegura. Me volvió todo eso que no era. Y mucho más. Tardé en alejarme, pero cuando lo hice muchas cosas en mi habían cambiado. Había (mal) aprendido a no demostrar nada. Había (mal) aprendido a lastimar primero, para evitar que me lastimen. Había (mal) aprendido a guardarme todo porque nadie tenía que saber que me dolía. Había (mal) aprendido a querer. Quería, pero quería mal. De una manera enferma, pero no de una manera obsesiva ni controladora. Era aún peor que eso. Había (mal) aprendido a querer sin el alma. Y sin el alma no se puede querer a nadie. Pero un día, ya ni me acuerdo como, apareció alguien que me invitó a reinventarme. Y así, sin darme cuenta, de un momento para el otro había aprendido cosas nuevas

Ellos

Ella. Tan fría, tan distante, tan ella. Él. Tan bueno, tan dulce, tan él. Así, ambos intentaron no buscarse ni tampoco encontrarse por un tiempo. Ella no lo buscaba porque no lo quería. Él no la buscaba, suponemos, porque ella se lo había pedido. Estaban bien. Estaban bien separados. Ella pensó que tal vez por fin podría seguir siendo ella dejándolo a él ser él. Pero no pudo. Por alguna razón, no se lo bancó. No quería que él fuera él con otra. No quería que él fuera él con ella. No quería que él fuera él. No lo quería. Y además, lo quería cambiar. Como si fuera perfecta. Como si le hiciera un favor convirtiéndolo en ella. Tan fría, tan distante, tan ella. Al no poder cambiarlo, lloró. Al verlo intentado ser él con otra, lloró. Y justo ahí se dio cuenta de que él había empezado a cambiarla. Tan bueno, tan dulce, tan él. Pero no permitió, bajo ninguna circunstancia, que el cambio avanzara. Él no iba a ser ella para que las cosas funcionaran. Ella no iba a ser él para que las cosas

Martes 13

Algunos no son supersticiosos. Otros pierden la cabeza. Algunos no pueden bajo ningún punto permitir que se pase la sal de mano en mano. Otros tiemblan cada vez que se les cruza un gato negro. Para algunos el 17 es el número de la discordia. Otros creen firmemente que el 13 es el número intocable de la mala suerte. Algunos sufren cada vez que se rompe un espejo. Otros no pueden pasar por abajo de una escalera ni aunque sea la única opción. ¡¿Cómo vas a abrir un paraguas bajo techo?! ¡¿Cómo vas a matar a un grillo?! Ni se te ocurra escuchar el canto de la lechuza 3 veces... -Amiga, todavía no lo puedo creer. Cero probabilidades de que aparezca en ese lugar, con esa gente y sin embargo ahí lo tenías. Ahí estaba. -¿Y que querés? No es raro con su suerte. -Boluda, yo siempre le digo: él es su Martes 13. Hicimos silencio. Todas nos miramos. Eran miradas de complicidad. Las mismas que teníamos cada vez que descubríamos algo juntas. Habíamos descubierto que vos eras mi Martes 13. Y eso er

Ojalá

-Salí, dejame. -¿Qué te pasa? -Nada, dejame. -¡Damelo! -¿Me estás jodiendo? ¡Ni en pedo! -Sé que te duele.. -¿Que me duele qué? -Los miedos.. -Pero que mierda decís, salí de acá. -¿Tanto te pesa la mochila? -¡¿Qué mochila?! -La de las promesas sin cumplir. -Dejá de flashear. Yo te dije, estábamos mejor sin coincidir. -No lo creo. Además, necesito eso que tenés vos.. -No hay chance. Aparte no sé por qué lo querés.. Mirá cómo está. -No te preocupes, sé lo que es eso. El mio también antes estuvo así. -¿Qué? ¿Y cómo hiciste? -¿Como hice para qué? -Para tenerlo como lo tenés ahora.. -Uh.. fue complicado. Se lo di a alguien que me lo pidió y confié en que lo podía arreglar. Y lo arregló. -¿Cómo hizo? -Lo cuidó como si fuera suyo, le enseñó a soñar, le explicó que no todas las personas lo iban a desilusionar. -¿Y si lo estaba cuidando tan bien por qué te lo devolvió? -Y... porque era mío. -¿Vos vas a hacer lo mismo? -Si me dejás, sí. -Ósea, lo vas a agarrar, vas a ju

Un domingo a puro sol

Un domingo. Una tarde a puro sol. Caminás. Notás, por alguna de esas casualidades de la vida, que el cielo está más celeste y que el aire está más puro. Respirás. Respirás muy profundo. Y pensás. Pensás que tal vez viviste días así pero que no los pudiste aprovechar. Porque algo te dolía. Porque algo te hacía ruido. Porque alguien te dolía. Porque alguien te hacía ruido. Capaz vos te dolías. Capaz te dolía el otro. Pero no podías disfrutar de esos domingos a puro sol. Seguís caminando. Recordás lo que te dijo tu abuela aquella tarde en la que reconoció la tristeza que tenías en tus ojos y en tu corazón. "Vamos, esto no es realmente importante. Las cosas realmente importantes te sorprenden un domingo a las 4 de la tarde". Ahí estás vos. Un domingo. Una tarde a puro sol. Caminás. Notás, por alguna de esas casualidades de la vida, que el cielo está más celeste y que el aire está más puro. Volvés a respirar. Y ésta vez sin ninguna angustia en el pecho. Sin nada que te apriete el

Superar

Y vos pensás que te superé. Me puse más linda. Me puse más fea. Me teñí. Volví a mi color. Me llené de aritos. Me los saqué porque me aburrí. Me los volví a poner. Dejé de escribir. Volví a escribir porque lo necesitaba. Me corté el pelo, por la cintura. Me lo volví a cortar, esta vez por los hombros. Y a vos, te gustaba el pelo largo. Lloré. Dejé de llorar. Grité. Grité mucho. Grité de bronca. Grité de dolor. Grité por quién sabe qué. Ahora no grito tanto. Me quedé encerrada en mi casa. Salí a bailar todos los fines de semana. No quería saber más nada con nadie. También me chape al primero que se me cruzase. Hice esa estupidez de comprarme ropa nueva. La mitad jamás la usé. Me encargué de que tus amigos se enteren que estaba mejor sin vos. Me encargué de que vos te enteraras de lo mismo. Intenté no estar de mal humor todos los días. No funcionó. Sigo siendo la misma mal humorada de siempre. Pero a vos ya no te importa, ya no te influye. Y después de todo eso, volví a armarme. Todavía

Amor propio

La primera vez que pasó me rompió el corazón. Tal vez porque no me lo esperaba. Tal vez porque confiaba tanto que no lo veía dentro de las posibilidades. Pero pasó. Seguido a eso, volvió a ocurrir miles de veces. Con distintas personas, en distintos lugares, buscando distintas cosas. Al principio me dolió, pero con el tiempo comenzó a causarme indiferencia. Ya no me importaba. A veces ni siquiera me molestaba. Hubo momentos en los que yo misma me corrí de la situación para ahorrarme todo lo que seguía. Así, sin más, dejé de ponerme mal por esas situaciones que sabía que no iba a poder controlar jamás. Pude entender que no siempre buscamos lo mismo y que pueden existir las confusiones. Pero días como hoy vuelvo a sentirme como las primeras veces. Me siento tonta, ingenua y no puedo ser indiferente. Me molesta sentirme así, vulnerable. Me molesta fallarme y fallarle a mi amor propio. Pensar que cualquiera, en cualquier situación, para cualquier persona, puede ser mejor que yo. Pero piens

Modas

Vivimos contando calorías. Nos cambiamos de ropa entre 2 y 3 veces antes de salir. Queremos ser rubias. Necesitamos los zapatos de esa marca. Criticamos lo que se puso la otra, esa que por fuera intenta decir "no me importa tu moda", pero que por dentro le importa tanto como a nosotras. Sabemos que ropa tenemos que usar, cuando la tenemos que usar y ojo: no te vayas a confundir el momento para un look casual o para uno más producido porque ahí moriste. Algunas pasamos por todos los nutricionistas habidos y por haber, hacemos todas las dietas que se te puedan ocurrir. Otras, eligen no comer o ir muriendo de a poco en el inodoro de un baño, lo cual es lamentable. Nos tenemos que fumar frases como "no hay talle", "es solo talle único". Otras luchan con la frustración de no poder haber conseguido esa prenda que es la última moda. Pero, al final del día, sucede algo curioso: ninguna logra ser como la moda dicta. Ahí, acostada en la cama, te das cuenta que otra

Respetame

Todavía tengo la esperanza de que dejen de desaparecer pibas. Todavía tengo la esperanza de que dejen de matarnos. Te lo juro. Todavía tengo la esperanza de que algún día podamos caminar tranquilas por la calle. Nosotras, o nuestras hijas, o nuestras nietas, o nuestras bisnietas, o quién sabe qué generación, pero que podamos de una vez por todas sentirnos seguras. Todavía tengo la esperanza de no tener que mandarle un mensaje a nadie para que sepa que llegué bien. Tengo la esperanza de que cuando una mujer denuncie un hecho de abuso se proteja a la víctima y no al agresor. Todavía tengo la esperanza de que nadie se pregunte como andaba vestida, que estaba haciendo en ese lugar a esa hora, si tenía novio o no y que se pregunten por qué mierda nos están matando, por qué mierda se creen que son dueños de nosotras. Todavía tengo la esperanza de que entiendan que no le pertenecemos a nadie. Tengo la esperanza de poder vestirme como se me cante el orto y que vos, machito, no sientas el derec

Magia

Escucho a mis amigas hablar de que todavía no pueden olvidar el perfume. Mi mejor amigo dice que todavía recuerda lo suave que ella tenía el pelo. Muchos de ustedes se acuerdan de la manera en como esas personas los hacían sentir. Otros, simplemente, extrañan en lo que se convertían cuando estaban juntos. Algunos todavía escuchan la canción preferida de ese alguien. A todos, siempre nos cuesta librarnos de alguien. De todos, siempre nos queda algo. A mi, sinceramente, no me había quedado su perfume. No tenía suave el pelo, es más: lo cargaba porque lo tenía siempre como el orto. Tal vez, a veces, extrañaba como me hacía sentir, pero no es algo que me quitara directamente el sueño. Tampoco eso de cambiar, imposible, siempre fui auténtica. ¿La música que escuchaba? Era espantosa, se los juro. De esas cosas, con el alma, no extrañaba nada. Ni necesitaba nada. Ni me había quedado grabado nada. Excepto algo que si jamás hubiera hecho yo no estaría escribiendo esto. Algo que me marcó para s

Hora de lectura

Mi profesora de literatura dijo ya hace tiempo, casi como contando un cuento, que todos alguna vez sentimos el entusiasmo de leer. Todos alguna vez cuando éramos chicos le rogamos a mamá o a papá que nos contaran un cuento o que nos leyeran nuestro libro preferido antes de dormir. Todos. Con la inocencia de la niñez, o vaya a saber quién con qué. Pero todos lo pedimos, lo rogamos y lo conseguimos. Sin embargo, con el paso de los años, algo ocurrió y a muchos ya no les importó la lectura (no me incluyo dentro de este grupo porque amo cada parte de la literatura que me permita viajar(me) y conocer(me) más). Que los libros me aburren, que pierdo tiempo leyendo cuentos, que no entiendo, que no se leer para adentro, que esto, que aquello, que bla bla bla. Y así, casi como sin darse cuenta, se fueron alejando de la lectura. Dijo, también, que muchos recuerdan que es lo que les quitó el interés y que otros simplemente lo tienen reprimido. Pero que a todos, sin excluir a ninguno, les pasó algo

Tocar fondo

Vuelvo a estar rota. Como o tal vez más que siempre. Otra vez vuelvo a estar de mal humor. Otra vez vuelvo a ser insufrible para todos, hasta para mi. Vuelvo a sentir a flor de piel. Vuelvo a necesitar que me quieran. Vuelvo, otra vez, a mendigar amor. Y eso es muy triste. Otra vez no me reconozco. Otra vez me encuentro buscándome. Me volví a perder. Y no me encuentro. Tengo miedo de no encontrarme más. Lo cual, en parte, es cierto. Siempre que me perdí me encontré, eso está claro, pero nunca fui la misma de antes. No sé si es malo. Tampoco sé si es bueno. Solo sé que es distinto. Yo termino siendo distinta. Y a mi lo distinto me da miedo. Lo que cambia me da miedo. La puta madre, siento miedo de vuelta. Otra vez sentir miedo me da miedo. Otra vez mis miles de fantasmas me vuelven a dar miedo. Y eso es lo que me asusta más. Estoy rota, y déjenme decirles que no hay nada peor que eso. No hay nada peor que perderse y no encontrarse. No hay nada peor que necesitar que te quieran. No hay n

Mi manera de pedir perdón

¿Dónde estás? ¿Cómo estás? ¿Con quién estás? ¿Estarás mejor sin mi? ¿Cuánto te duele? ¿Te duele? ¿Me extrañas? ¿Me olvidaste? ¿Seguís sintiendo lo mismo? ¿Me amas con locura como siempre? ¿Me odias como nunca lo hiciste? Estas son preguntas que lamentablemente no te puedo hacer porque yo elegí sacarte de mi vida. Eso lo tengo claro: si hoy no estamos juntos, acá, abrazándonos y llenándonos de amor, es porque yo elegí esto. No estoy arrepentida. Pocas veces me arrepiento de las decisiones que tomo. Tal vez por eso las pienso tanto. Tal vez por eso doy vueltas sobre lo mismo durante mucho tiempo. No vivo con la filosofía del "que hubiera pasado si..". Cuando yo tomo una decisión, casi siempre, es definitiva. Y claramente esta no va a ser la excepción. Tranquilo campeón, vos no hiciste nada malo (porque hacer para verme bien hiciste y un montón). Pero yo no podía seguir con esto. Eras mucho para una persona como yo que no sabía lo que quería y que, aún hoy, no lo sabe. Aunque n

Amor propio

Todo comenzó sin darse cuenta. Era linda, les juro por Dios (si es que existe, como siempre digo) que era hermosa. Pero nunca tuvo la suerte de poder encontrárselo a él. Había escuchado de él las mejores y peores cosas y aún así nunca tuvo el placer de poder mirarlo cara a cara. Tal vez porque todos esos estereotipos que se le impusieron siempre la perturbaron. Y déjenme decirles que realmente no tenía por qué encontrarse en esa situación. Era una mujer hermosa por donde se la mire. No solo para mi que tengo la habilidad, sin presumir, de encontrar la belleza en todos; sino también era hermosa para el pelotudo que busca a una chica de revista. Simplemente era perfecta. Pero nunca lo había conocido a él. Y por más perfecta que fuera, si no lo tenía a él claramente no tenía nada. Ella intentó tenerlo pero nunca estuvo lo bastante convencida. Sus inseguridades siempre arruinaron todo. Cuando por fin pareciera que iban a encontrarse algo curioso sucedió: ella estaba muriendo. Y de la maner

Coincidir

Te busqué por toda mi alma y no te encontré. La recorrí de punta a punta como alguien que recorre la casa buscando sus llaves, ya que sin ellas no puede salir. Eso me pasó, eras mi llave para salir y lamentablemente no te encontré. Te busqué como soñador busca alcanzar sus sueños o como envidioso busca los errores ajenos para poder criticarlos. Te busqué. Te busqué como lo hace quién busca al amor de su vida o como quién busca escaparse de su vida en un bar. Te busqué. Y no te encontré. Creo que eso fue lo más doloroso: no encontrarte ahí donde te había permitido entrar. Te fuiste aún sabiendo que yo no le permito el acceso a mi alma a cualquiera. No te importó. Yo sé que el amor no es de ataduras ni de posesión ni de bla bla bla pero.. ¿En serio? ¿Saquear mi alma? ¿Irte así como si nada, sin ni siquiera avisar?. Ahora entiendo todo. Era mucho más fácil entrar sin pedir permiso e irse sin despedirse cuándo a uno se le dé la gana. Sin explicaciones, sin planteos, sin peros o reproches.

Horas de sueño

Acá estoy. Desvelada. Otra vez. En teoría, tendría que haberme ido a dormir a las 11, cuando termine de cenar y tenía sueño. Sí, a las 11. Sí, tenía sueño. Pero por alguna razón sigo acá. Desvelada, sin que se me ocurra ningún puto texto, ninguna puta reflexión, nada para escribir. Acá, desvelada, sintiendo que nos debo algo (a mi y a ustedes) porque hace 3 días exactos que no escribo. Pero.. ¿solo estoy desvelada por la frustración de la no creatividad? Hoy el desvelo se debe a que no logro juntar un par de oraciones con sentido y escribirlas. Ayer se debía a que estaba durmiendo con mis amigos. Anteayer se debía a que mire un capítulo de más (en realidad, nunca son de más) de Greys. Excusas. Detrás de todo este circo hay algo más. Yo lo sé. Vos lo sabes. El problema acá es que no lo queremos admitir. Y es que si lo admitimos decime con qué nos quedamos. ¿Qué tiene de divertido irse a dormir temprano? ¿Me van a mentir, justo a mi, y me van a decir que éstas horas de más no las usan pa

Las cosas que nunca te digo

Me estoy comportando como esas personas que detesto. Esas personas frías, calculadoras, manipuladoras. Te juro que en un estado normal yo no soy así. Lo que pasa es que vos me movés todo. Así que, en parte, que yo sea así con vos es tu culpa. Y mía, como siempre, también. Pensás que no te extraño, porque no te lo digo. Sin embargo, estoy todo el día pensando cuanto falta para que nos volvamos a ver. Pero no te lo digo. Pensás que no te necesito, porque no te lo digo. Sin embargo, la mayoría de las veces que me siento perdida al único que quiero es a vos al lado mío diciéndome que todo va a estar bien. Pero no te lo digo. Pensás que no me importás, porque no te lo digo. Sin embargo, me aterra pensar que en cualquier momento podes dejar de elegirme a mi. Pero no te lo digo. Pensás que no me pongo celosa, porque no te lo digo. Sin embargo, me pongo loca de solo pensar que alguien puede llegar a acercarse a vos. Pero no te lo digo. Pensás que no me importas, porque no te lo digo. Sin

Un año

Ya un año había pasado de aquel incidente en el que ni más ni menos dejaron de coincidir. Esa noche en la que el destino se encargó de hacerle, a mi criterio, el favor más grande de su vida. Llevaba 9 meses de una relación bastante tóxica. Pero todo terminaría aquella noche en la que la cambiaría por su mejor amiga. Así es: él prefirió a su mejor amiga antes que a ella. Pero no nos apresuremos, ya vamos a llegar a esa parte de la historia. Ella se maquilló para él, aún sabiendo que era mucho más linda sin maquillaje. Ella se plancho el pelo para él, aún sabiendo que sus rulos volvían locos a más de uno. Ella se puso ese short que le marcaba todo para él, aún sabiendo que esa pollera sueltita que se había comprado le hubiera quedado mucho mejor. En síntesis: ella se traicionó por culpa de él, aún sabiendo que nunca debía serle infiel a su amor propio. Ella y su mejor amiga partieron para la previa. Al llegar estaba él. Lo saludó con el beso más sincero del mundo. Él, en cambio, le dev

Instante y eternidad

Él siempre jugó a ser eterno. Aunque sabía, como todos, que no iba a durar más que una vida, siempre la vivió a su ritmo, con sus reglas y sus condiciones. Lo que lo hacía diferente a los demás era su paciencia, y también, su independencia emocional. No necesitaba a nadie más que a él para poder ser feliz. Por eso, repito, siempre jugó a ser eterno.  Ella siempre jugó a ser un instante. Sabía más que nadie que el tiempo lo era todo y a la vez nada. Vivía cada segundo como si fuera el último. No vivió dormida ningún día de su vida y en las noches cuando "dormía" en realidad estaba soñando el día siguiente. Lo que la hacia diferente a las demás era su impaciencia, y también, su independencia emocional. Por eso, repito, siempre jugó a ser un instante. Una noche calurosa de febrero el destino los hizo coincidir. Para qué.. Hubiera sido mejor que nunca lo hubieran hecho. Aunque, ellos sin darse cuenta tenían algo en común: no se necesitaban el uno al otro. Él con sus amigos,

Decisiones equivocadas

Nunca juzgues a alguien por las malas decisiones que toma en su vida. A veces, las personas se sienten vulnerables, solas, incapaces, frustradas. Y no hay nada peor que sentirse así. A veces, las personas no saben escapar de lo que tanto las atormenta y toman caminos equivocados. Eso no quiere decir que sean malas o que estén locas, solo que están un poco inestables emocionalmente y no quieren pedir ayuda. A veces, los fantasmas son tantos que no te dejan pensar y ahí te ves: haciendo lo que menos hubieras imaginado, haciendo lo que más te lastima. No somos perfectos, somos personas. Y las personas, lamento decirte, se equivocan. Se equivocan mucho. Se lastiman y lastiman también a los demás. Pero no son malas, solo están confundidas. Solo no saben que camino tomar. A veces, algunas personas tienen la suerte de tener a alguien o que aparezca alguien que los "salva", por decirlo de alguna manera. Ese alguien aparece y les muestra un camino de luz lleno de decisiones correctas

Aprender a pedir perdón

Mira ahí adentro. Sí, justo ahí. Donde te duele. ¿Viste como te conozco? Sé que mirarte ahí te hace mierda. Te molesta. Te hace sentir miserable.  Sé que tenés inseguridades. Las conozco. Algunas más que vos. Sé que muchas cosas de vos no te gustan. Podes enumerarlas, a mi no me importa, total me las sé de memoria. Sé que necesitas que alguien te diga lo mucho que te quiere todo el tiempo porque vos te querés muy poco. Lo sé. Y no está mal que lo sepa. Vos me lo mostraste una vez a mi. Alguna vez me lo confiaste y yo no juego con eso. Y como te conozco de pies a cabeza, y te conozco adentro tuyo también, sé que te cuesta pedir perdón. Sé que el orgullo te gana. Sé que sos capaz de perder a las personas que más te importan con tal de no perder el orgullo. Lo sé. Y también sé que no lo hacés apropósito. Pero esta vez no voy a ser yo la que te va a pedir perdón. Esta vez no voy a ser yo la que va a dar el primer paso. Esta vez no voy a ser yo la que acepte tus disculpas a medias. Esas que

Miles de veces

¿Cuántas veces prefirieron a otro antes que a vos? ¿Cuántas veces viste irse algo que creías que era tuyo? ¿Cuántas veces imaginaste más de lo que viste y la cabeza te jugó una mala pasada? ¿Cuántas veces sentiste que se llevaban a alguien que te pertenecía? ¿Cuantas veces hiciste elegir a los demás entre vos y alguien más? ¿Cuántas veces? Seguro que si te las pones a contar son miles. Y ahí esta el error. Miles de veces pensaste que preferían a alguien más antes que a vos y no fue así. Miles de veces viste que se fue algo que creías tuyo sin darte cuenta que lo único que era tuyo era la idea de que te pertenecía. Miles de veces imaginaste de más y no estaba pasando ni un cuarto de lo que estaba pasando en ese momento en tu cabeza. Miles de veces sentiste que se llevaban a alguien que te pertenecía cuando no era así: nadie le pertenece a nadie y nadie se lleva a nadie, cada uno elige irse por su cuenta. Miles de veces hiciste elegir entre vos y alguien más sabiendo muy bien que el cari

Cuestión de prejuicios

No está mal que un hombre disfrute de su soltería. No está mal que una mujer haga lo mismo. Él no es un gato. Ella no es una puta. Solo son personas libres. No está mal que un nene quiera una cocina o un vestido de princesas. No está mal que una nena quiera un autito o un pack de herramientas. No están confundidos sobre su sexualidad. Son chicos. Solamente quieren jugar. No está mal que una pareja heterosexual esté besándose en una plaza, como tampoco está mal que una pareja homosexual esté haciendo lo mismo. Son personas y solamente se están amando. No está mal la mujer que cría un hijo aunque no lo haya buscado. Y tampoco está mal la mujer que toma la decisión de abortar porque no se siente preparada para semejante responsabilidad. Aunque vos no lo veas, retrógrado, de las dos formas te estás haciendo cargo de la situación. No está mal que un hombre cocine y que una mujer no quiera hacerlo. No está mal que una mujer lo haga y un hombre no. No está mal que un hombre se dedique a

Nunca te conviertas en quien te hirio

De las veces que no te dije te quiero, de todas me arrepiento. De las veces que no te demostré que te merecías mucho más de lo que te estaba dando, de todas me arrepiento. De las veces que te lastimé consiente o inconscientemente, de todas me arrepiento. De las veces que no supe valorarte, de todas me arrepiento. Me arrepiento de no decir, de no demostrar, de no extrañarte tanto como te lo merecías. Pero una vez a mí también me tocó alguien así. Alguien que no me dijo te quiero. Alguien que nunca me demostró que yo estaba para más. Alguien que me lastimó en lo más profundo de mi alma. Alguien que no me valoró. Alguien que nunca se arrepintió de no decir, de no demostrar, de no extrañarme tanto como me lo merecía. "Nunca te conviertas en quien te hirió", te dicen. Pero te juro que para mi es inevitable.

Modas

Se ponen de moda tantas pelotudeces. El otro día leí, por ejemplo, que estaba de moda tener "pechos pequeños" (lo cual me parece absurdo porque no puede estar de moda tener un cuerpo u otro, solo se tiene el que se tiene y punto). Está de moda tener determinada marca de zapatillas. Está de moda un tipo de celular y todos tenemos que ir a comprarlo porque si no lo tenemos no pertenecemos. Están de moda las "relaciones" fugaces, esas que duran como mucho 2 meses. Están de moda los corazones rotos. Está de moda tener muy poco amor propio. Está de moda callar lo que sentimos. Está de moda no demostrar nada que nos pueda dejar al descubierto como personas realmente sensibles. Está de moda de moda la traición, y si vemos alguien que lleva con una persona 6 meses y todavía no la hizo cornuda se lo festejamos como un logro cuando claramente sabemos que tendría que ser algo común. Está de moda chaparse a cualquiera, total es un beso. Está de moda garcharse a cualquiera, tota

Amor propio

Mucho tiempo creí que la respuesta para sentirme bien conmigo misma iba a estar en otra persona. Mucho tiempo creí que si yo no me quería igualmente otro me podía querer. Hasta el año pasado escribí un post diciendo que era posible que alguien te ame aún no amándote vos mismo. Hoy puedo entender que todo eso es mentira. Es absurdo desligarle toda la responsabilidad a una persona para un problema que claramente es propio. El buscar alguien para "estar bien" siempre va a fracasar si no estás bien con vos mismo. Si vos primero no te querés, no te valoras, no te cuidas, nadie lo va a poder hacer. Incluso una persona que te ame un montón o que vos ames un montón. Esa relación va a ser enferma porque se va a tratar de choques de estimas constantes. Por eso es que en realidad el concepto de buscar a alguien para "estar bien" es erróneo. Vos estás bien con vos, y podes estarlo solo o acompañado. No se trata de nada más que de la confianza, el valor y el amor que le des a t

No sé, a mi me da igual

Y con el tiempo y las heridas, lamentablemente, me convertí en alguien a quién le da todo lo mismo. Ya no me importa si me eligen, si no me eligen, si me quieren, si no me quieren, si me buscan, si no me buscan. Sinceramente no me importa. Me da igual lo que puedan decir de mi, lo que puedan pensar de mi, lo que hagan o dejen de hacer por mi. No me mueve ni un pelo que me digan que me quieren, que me extrañan, que me odian, que no me necesitan. No me importa. Hace tiempo que dejé de creer en las palabras. Hace tiempo que dejé de creer en las acciones. Hace mucho tiempo que dejé de creer en las personas. Al final, lo que alguien pueda llegar a decir o lo que alguien pueda llegar a sentir por vos es mentira. No sirve. Es falso. Se acumula. Igual que el dolor. Igual que la desilusión. Igual que la frustración. Y ahí es cuando te empieza a dar lo mismo todo. A nadie le importa nadie hasta que aparece una persona a la que le da lo mismo todo. Una persona que le da igual estar sola que est

Basta

Y esta vez dije basta. No puedo seguir así, hasta acá llegamos. No pienso aflojar, veo que vos tampoco. No me importa. Intenta ser lo más feliz que puedas sin mi. No me busques, no me hables, no me llames, no me tengas en cuenta, no lo necesito. Lo único que necesito es libertad. La posibilidad de equivocarme, de aprender, recomponerme y volver a levantarme. No necesito que me estés marcando cuales son las cosas que están bien y cuales las que están mal cuando ni vos sabes qué está bien y qué esta mal. Lo único que necesito es felicidad. No necesito que me asfixies, no necesito que me quieras, no necesito importarte. Hace tu vida y a mi no me jodas. Me parece muy injusto y egoísta de tu parte que vos tengas felicidad y tranquilidad con mi tristeza y mi impaciencia. Pero bueno, que le voy a hacer, siempre fuiste así, ahora no vas a cambiar. Quiero ser yo, quiero ser otra, quiero ser triste, quiero ser feliz, quiero ser espontánea, quiero ser madura, quiero ser inteligente, quiero ser r