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Mostrando entradas de mayo, 2017

Ojalá

-Salí, dejame. -¿Qué te pasa? -Nada, dejame. -¡Damelo! -¿Me estás jodiendo? ¡Ni en pedo! -Sé que te duele.. -¿Que me duele qué? -Los miedos.. -Pero que mierda decís, salí de acá. -¿Tanto te pesa la mochila? -¡¿Qué mochila?! -La de las promesas sin cumplir. -Dejá de flashear. Yo te dije, estábamos mejor sin coincidir. -No lo creo. Además, necesito eso que tenés vos.. -No hay chance. Aparte no sé por qué lo querés.. Mirá cómo está. -No te preocupes, sé lo que es eso. El mio también antes estuvo así. -¿Qué? ¿Y cómo hiciste? -¿Como hice para qué? -Para tenerlo como lo tenés ahora.. -Uh.. fue complicado. Se lo di a alguien que me lo pidió y confié en que lo podía arreglar. Y lo arregló. -¿Cómo hizo? -Lo cuidó como si fuera suyo, le enseñó a soñar, le explicó que no todas las personas lo iban a desilusionar. -¿Y si lo estaba cuidando tan bien por qué te lo devolvió? -Y... porque era mío. -¿Vos vas a hacer lo mismo? -Si me dejás, sí. -Ósea, lo vas a agarrar, vas a ju

Un domingo a puro sol

Un domingo. Una tarde a puro sol. Caminás. Notás, por alguna de esas casualidades de la vida, que el cielo está más celeste y que el aire está más puro. Respirás. Respirás muy profundo. Y pensás. Pensás que tal vez viviste días así pero que no los pudiste aprovechar. Porque algo te dolía. Porque algo te hacía ruido. Porque alguien te dolía. Porque alguien te hacía ruido. Capaz vos te dolías. Capaz te dolía el otro. Pero no podías disfrutar de esos domingos a puro sol. Seguís caminando. Recordás lo que te dijo tu abuela aquella tarde en la que reconoció la tristeza que tenías en tus ojos y en tu corazón. "Vamos, esto no es realmente importante. Las cosas realmente importantes te sorprenden un domingo a las 4 de la tarde". Ahí estás vos. Un domingo. Una tarde a puro sol. Caminás. Notás, por alguna de esas casualidades de la vida, que el cielo está más celeste y que el aire está más puro. Volvés a respirar. Y ésta vez sin ninguna angustia en el pecho. Sin nada que te apriete el

Superar

Y vos pensás que te superé. Me puse más linda. Me puse más fea. Me teñí. Volví a mi color. Me llené de aritos. Me los saqué porque me aburrí. Me los volví a poner. Dejé de escribir. Volví a escribir porque lo necesitaba. Me corté el pelo, por la cintura. Me lo volví a cortar, esta vez por los hombros. Y a vos, te gustaba el pelo largo. Lloré. Dejé de llorar. Grité. Grité mucho. Grité de bronca. Grité de dolor. Grité por quién sabe qué. Ahora no grito tanto. Me quedé encerrada en mi casa. Salí a bailar todos los fines de semana. No quería saber más nada con nadie. También me chape al primero que se me cruzase. Hice esa estupidez de comprarme ropa nueva. La mitad jamás la usé. Me encargué de que tus amigos se enteren que estaba mejor sin vos. Me encargué de que vos te enteraras de lo mismo. Intenté no estar de mal humor todos los días. No funcionó. Sigo siendo la misma mal humorada de siempre. Pero a vos ya no te importa, ya no te influye. Y después de todo eso, volví a armarme. Todavía

Amor propio

La primera vez que pasó me rompió el corazón. Tal vez porque no me lo esperaba. Tal vez porque confiaba tanto que no lo veía dentro de las posibilidades. Pero pasó. Seguido a eso, volvió a ocurrir miles de veces. Con distintas personas, en distintos lugares, buscando distintas cosas. Al principio me dolió, pero con el tiempo comenzó a causarme indiferencia. Ya no me importaba. A veces ni siquiera me molestaba. Hubo momentos en los que yo misma me corrí de la situación para ahorrarme todo lo que seguía. Así, sin más, dejé de ponerme mal por esas situaciones que sabía que no iba a poder controlar jamás. Pude entender que no siempre buscamos lo mismo y que pueden existir las confusiones. Pero días como hoy vuelvo a sentirme como las primeras veces. Me siento tonta, ingenua y no puedo ser indiferente. Me molesta sentirme así, vulnerable. Me molesta fallarme y fallarle a mi amor propio. Pensar que cualquiera, en cualquier situación, para cualquier persona, puede ser mejor que yo. Pero piens