Entradas

Mostrando entradas de abril, 2016

Historias

"¿Alguien quiere hablar?" fue la pregunta que sentenció este encuentro. Entre silencios, un alma repudiada se atrevió a hacerlo, contando así su propia historia. Estaba lista y segura: ya lo había hecho antes. En realidad, para ser más exactos, esa situación, en ese momento, con esos espectadores, no había ocurrido jamás. Contó su historia, esperando que al final, un silencio atroz rajara la sala. Pero no fue así, un espectador parecía entusiasmado por contar su historia. Un alma había logrado que otra alma se dispusiera a hablar. Subestimándola, ésta también contó lo suyo, y al finalizar se pudieron visualizar algunas lágrimas y algún que otro sentimiento encontrado, frente a esa historia que para aquella alma "no tenía importancia". Así, las horas parecieron solo pocos minutos, y cada quién que quiso tuvo el espacio para hablar. Cada quién que quiso tuvo el espacio para llorar. Cada quién que quiso pudo limpiar su alma. Cada historia, por donde se la mire, fue de

Elegir

Siempre pienso como es que la gente que está caminando a la par mio, se banca eso. Me pregunto como es que me eligen, como es que teniendo miles de personas mejores que yo, eligen estar conmigo o tenerme a mi. Es increíble lo que ellos ven (si es que ven algo), porque yo sinceramente no puedo ver nada. Es más, si me dieran a elegir entre yo u otra persona, elegiría a la otra persona sin pensarlo. Seguro él/ella es más inteligente, más lindo/a, más carismático/a. No lo sé, solo sé que serían mejores. Porque, realmente, hay veces en las que cualquiera es mejor que yo. Sé porque lo digo y porque lo siento. Y aunque quieran hacerme pensar lo contrarío, no hay nada rescatable en mi.  En estos días me pregunto como puedo esperar que alguien nuevo me elija, sabiendo que si yo pudiera elegirme, claramente no lo haría. 

Perdón

Perdón por no cumplir con tus parámetros de belleza. Por no tener una altura promedio, ni un cuerpo estereotipado. Perdón por no ser rubia, ni tener ojos claros. Perdón por ser auténtica, por enojarme tanto, por estar de mal humor. Perdón por no estar fingiendo todo el tiempo tener un lindo carácter. Perdón por no necesitar que alguien me diga algo para saber lo que valgo. Sé muy bien lo que soy, lo que quiero ser y lo que necesito para serlo. Perdón por fijarme en el alma de las personas. Perdón por gustarme escribir, leer y enriquecer mi cabeza. Perdón por ser como soy. Genuina y plena. Perdoname, porque al parecer, te molesta bastante.

Otra tormenta en mi cabeza hace que no pueda parar de pensar

No había tenido un gran dia, no se sentía bien, no era ella misma. Así que abrió su chat y se dispuso a escribirle: "Sé que hace mucho que nos hablamos -un mes, para ser más exactos-. Sé que estás con otra, es linda (mucho más linda que yo). Te trata bien, te veo feliz. Todo lo contrario a lo que estoy viviendo yo. A mi nadie me trata bien y cada vez soy más infeliz. Pero no es porque nadie me de bola, es porque no quiero. Es porque te quiero a vos. Con cada parte de mi alma y para cada cosa que haga. Me acuerdo cuando me agarraban caprichitos así. Yo siempre con mis mambos y vos siempre controlándolos. Era como si hubiéramos sabido que eramos el uno para el otro desde la primera vez que nos hablamos. Lástima que ahora no podes ni controlar mis mambos ni solucionar mis caprichitos, ¿sabes por que? Porque mi mambo y mi capricho sos vos. Sé que es inútil mandar este mensaje, porque nada va anular el comportamiento infantil que tuve y lo loca que estoy. Pero quería que sepas que jus

Huellas

¿Cuantas veces miramos para el costado y sentimos que no estamos haciendo nada por los demás? Los vemos cada vez más solos, cada vez más tristes. Observamos cómo están sumergidos en una rutina a la que le falta bastante amor, un poco de tranquilidad y mucha esperanza. Nos sentimos mal, vacíos. Como puede ser que con todo lo que ellos hacen nosotros no estemos haciendo nada para que sean plenos y se sientan más felices. Nos confundimos, no sabemos qué hacer, nos frustamos. No nos damos cuenta que con muy poquito hacemos un montón. Levantarnos de buen humor a la mañana; recordarle a mamá lo linda que está; agradecerle a la abuela la rica comida que preparó; llamar a ese tio que vive lejos; consolar a ese amigo que está triste; hacer reír a papá y recordarle que lo importante es la familia, no el trabajo; jugar con nuestros hermanos; compartir nuestra canción preferida con alguien; mirar una película acompañado; dar el asiento en el colectivo; sonreír más seguido; decir buen día; reírnos

El incondicional

Nos enseñan a que tenemos que rodearnos de personas que no nos lastimen. Si alguien te lastima está automáticamente, por ley, eliminado de tu vida. En caso contrario, si no lo haces, tenes que aguantarte a la gente de alrededor repitiéndote lo boludo que fuiste al perdonar. Por ese motivo estamos cada vez más solos. Queremos a las personas con sus perfecciones pero no soportamos que nos muestren sus imperfecciones. Y esa también es una forma de querer. Mostrarte como sos, siempre. Sabiendo que te podes equivocar pero que también podes hacer las cosas bien, las podes arreglar, o por lo menos intentas hacerlo. Tampoco estoy justificando que te pelotudeen y demás (ahí estaríamos hablando de casos específicos y también muy comunes hoy en día) pero no podemos ofrecer relaciones que no tienen margen de error, porque esto no es ciencia, son sentimientos. No somos robots, somos personas. Y a diferencia de los primeros, entendemos que lastimar, te puede lastimar cualquiera, pero lo importante e

Queda prohibido levantarse sin ilusiones

No hay nada más duro que afrontar una desilusión. Se siente un vacío inmenso en el pecho, y este sentimiento raro ocupa el lugar que ocupaban otros mucho mejores antes de que nos desilusionemos. Sentís que vos ya no sos vos, y empezas a dudar de toda la realidad que te envuelve. Al perder la ilusión, te perdes a vos también. No te acordas como eras antes de esa ilusión y tenes miedo de lo que puedas llegar a ser sin ella. Desde chicos ya nos vamos acostumbrando a las desilusiones. Las primeras, como descubrir que papá noel o los reyes magos no existen, son de las menos complicadas. ¿Saben por qué? Porque todavía nos quedan otras que nos sostienen. Creemos en la magia, en los sueños, en mamá y papá. Pero todo eso que nos queda se va perdiendo cuando crecemos, y al llegar a la adolescencia ya no creemos ni en la magia ni mucho menos en papá y mamá. A estos últimos los descubrimos en su peor versión y dejan de ser nuestros súper héroes: entendemos que son humanos, que comenten errores y

Siempre vuelvo a vos

Esta vez te pensé más que otras veces. Te necesité más que otras veces. Podría suponerse que te extraño ahora, que es otoño, pero no es así. Te extraño en todas las épocas del año, en todas las estaciones. Te extraño todos los días. Y cada día me duele un poquito más. Pero bien, te extraño porque me acuerdo de lo bueno, y no de lo que me hizo tomar la decisión de extrañarte y no tenerte. Al margen de eso, estaba segura de que hoy sería el día en el que te volvería a hablar. No un "te extraño" sino un "hola" de esos que suenan vacíos y dicen más de mil cosas, las que nos animamos a decir y las que no. Sin embargo, no lo hice. Lo necesitaba, pero no lo hice. Si te volvía a hablar una vez más iba a volver a vos, como venía pasando éste último tiempo. Así que, repito, no lo hice. Pensé todo el día en lo que podía haber pasado si te hablaba, pensé en vos, en mi, y en nosotros. Sobre todo pensé en lo que podríamos haber sido y no en lo que somos. Otra vez sentí ese sati

La buena noticia sos vos

Mucho tiempo creí que no estaba destinada a recibir buenas noticias. Que hiciera lo que hiciera siempre terminaría mal. Era mi naturaleza. Mucha gente recibía muy buenas noticias, pero yo no estaba en la lista. Así, comencé a funcionar como un imán: me pasaba algo "malo", y automáticamente mi cabeza buscaba que me pase otra cosa "peor". Iba de fracaso el fracaso sin perder el entusiasmo. Mientras tanto, a mi alrededor, no paraban de llegar buenas noticias. Desgraciadamente ninguna era para mi. Lloré. Grité. Me frustré. Lo acepté. Cuando ya me había acostumbrado a mi suerte, por decirlo de alguna manera, llegó la primera buena noticia. La vida me dijo, un poco bajito y un poco a los gritos: "la buena noticia sos vos". Y le creí.

Estando yo viendo puede ponerse a llover

Llueve. Miro por la ventana. Veo la lluvia caer como cuando era chica. Detalladamente observo como las gotas que resbalan en el vidrio parecieran estar jugando una carrera. Pero, por ley, sucede algo curioso: acaban todas en el mismo lugar. Entonces pienso. Pienso en el corto pero rápido trayecto que recorrieron las gotas hasta llegar al final de la ventana para convertirse en una. Sigo pensando. Y lo visualizo en nuestro amor. Ese que fue fugaz pero me marcó bastante. Me doy cuenta que, como las gotas que caen, no era necesario que durara mucho para que fuera real. Sigo pensando. Me doy cuenta, también, que no hacia falta que seamos idénticos para que seamos uno. Las gotas no lo son. Son de distintos tamaños. Viajan por el vidrio a distinta velocidad. Pero siempre terminan en el mismo lugar. Como nuestro amor.

Buscar

Esperar las cosas para mi nunca fue una opción. Entendí que si quería algo, sea lo que sea, tenía que conseguirlo y no esperar a que llegue. Podía ser mucho más cómodo, pero nunca lo vi así. Nunca lo elegí así. Las mejores cosas de la historia ocurrieron porque las personas que las protagonizaban comenzaron a buscarlas. Y, a veces, cuando encontraron eso que tanto buscaban también encontraron cosas mejores. Pero parece que mucha gente ya se olvidó de eso, y vistieron su comodidad con la idea de que hay cosas que no se pueden buscar y que tienen que llegar solas. En estos tiempos no se puede buscar nada. Tenes que esperar a que te llegue. Sería un gran error empezar a buscarlo, ¿cierto? Yo creo que no. Si querés algo, andá y buscalo. No pares hasta conseguirlo. No importa lo que estás buscando ni lo absurdo que pueda llegar a parecer, porque para vos vale un montón. Y desde el momento en el que empezás a buscarlo con todas tus fuerzas, se vuelve importante para mi también. Así que hay